En la oficina con Carmen, relato lésbico, el blog del erotismo

En la oficina con Carmen, relato lésbico

En la oficina con Carmen, relato lésbico

Parecía ser otro de esos días típicos en el trabajo. Estaba prácticamente vacío debido a las vacaciones así que no esperaba que hoy fuera a ocurrir algo interesante.

 

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Fui al archivo general, tenía que consultar unos documentos, entré en el archivo dejando la puerta abierta tras de mí y comencé a buscarlos, a veces tenía que ponerme de puntillas y otras agacharme, mientras estaba agachada recogiendo unos papeles sentí que alguien estaba observando detrás de mí, así que me di la vuelta y la vi, estaba asomada a la puerta y había estado observando mis movimientos, una nota cuando alguien le clava la mirada en el culo aun cuando no pueda verle.

Ella no dejaba de mirarme, sus ojos tenían una mirada seductora y por primera vez una chica me dejó completamente sin palabras. Caminó hacia mí con el tipo de andares que llaman atención.

-Hola, me llamo Carmen, -dijo ella

-Yo Rebeca, – le contesté

Me preguntó si podía ayudarle. Me dijo que era una empleada nueva, que estaba haciendo una sustitución por vacaciones y necesitaba ayuda para poner al día su oficina. Bajamos las escaleras hasta la planta baja hacia la última oficina en la parte trasera del edificio. A medida que caminaba a su oficina, me di cuenta de que éramos las únicas personas en esta planta hoy. Yo no podía dejar de mirar a su culo mientras caminaba delante de mí en esta falda negra ajustada con estos tacones de aguja golpeando.

A pesar de no ser lesbiana, yo sé apreciar cuando una mujer esta buena y Carmen lo estaba, no solo tenía un magnifico cuerpo, su piel y sus ojos irradiaban algo animal, no era solo un físico bonito, Carmen era realmente atractiva.

Abrió la puerta de su oficina, eché un vistazo al despacho, realmente todo parecía muy ordenado y me di cuenta de que realmente no necesitaba ayuda, así que le miré y fue entonces cuando ella admitió que sólo era una excusa para hablar conmigo. Ella ya llevaba en la empresa unos días, me había observado a hurtadillas y le había gustado, pero no sabía cómo acercarse a mi ya que no sabía si y yo era hetero, lesbi o bi

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Me reí un poco, la miré a los ojos y le dije que no era lesbi … pero confesé que su presencia me gustaba, que me resultaba atractiva. Ella sonrió y suspiró, luego cerró la puerta.

Se puso frente a mí y me observó a placer, era evidente que yo le gustaba mucho y el hecho de pensar en que podía tenerme la hizo relamerse de gusto. Sus feromonas o lo que sea que irradiase me invadieron y noté mis pezones ponerse duros y mi sexo empezar a humedecerse.

Me invitó a sentarme en un pequeño sofá del despacho.

-Rebeca, -dijo ella, -¿Has estado alguna vez con otra mujer?

-No Carmen, -Respondí, -nunca.

-Te apetecería… ¿Conmigo?, -dijo ella.

Yo asentí y cerré los ojos, quería dejarme llevar.

Ella cogió mis manos, se inclino hacia mí, me susurró con su voz sensual, -Seré muy tierna para ti, -Va a ser tu primera vez y quiero que sea maravilloso.

Yo me estremecí de placer y de deseo, quería tener ya esos labios sensuales en mi boca y en mi cuerpo

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Ella se inclinó y me dio un beso y yo le devolví el beso. Comenzó con una cierta inocencia en sus besos, fueron suaves y tiernos, yo nunca había besado a una chica y me sorprendió la suavidad de sus labios carnosos y lo suave de su piel.

Al poco noté su respiración intensificarse, su lengua empezó a moverse más fuerte dentro de mi boca, yo empecé a preguntarme cómo se sentiría su lengua por todo mi cuerpo.

-Carmen, -Le dije, -Te deseo!

Me besó de nuevo y comenzó a mover las manos a los botones de mi camisa. Me desabrochó la camisa y me besó la parte superior de mis pechos. Luego se puso tras de mí y me desabrochó y me quitó el sujetador. Mis pezones estaban duros como diamantes.

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Ella comenzó a besar y lamer mi pezón derecho y gemí. Mi coño estaba mojado, lo notaba palpitar húmedo bajo mi braguita. Ella continuó en mi pezón y jugó con el otro con la mano.

Ella se levantó y se acercó a su escritorio y se sentó en su silla. Ella me dijo que desde la primera vez que me vio, me quería poner sobre la mesa y comerme el coño. Me dijo que viniera a sentarme en su escritorio, así que me acerqué a su mesa. Cuando estaba a punto de sentarme, ella me desabrochó el cinturón y me desabrochó mi falda y la dejó caer al suelo. Me dio la vuelta, coloqué mis manos sobre la mesa y comenzó a besar y lamer mis nalgas. Abrí mis piernas más y comenzó a deslizar su dedo sobre mi tanga. Comencé a jadear, su experta lengua me lamia incluso mejor de lo que había soñado. Ella apartó a un lado el tanga y empezó a lamer el culo. Yo no podía dejar de gemir mientras su lengua rozaba mi culo, primero, despacio, como dando golpecitos, después me penetraba salvajemente con la lengua mientras sus manos acunaban mis caderas en un movimiento de mete saca.

 

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Me hizo recostarme en la mesa boca arriba y me besó el coño.

-Que mojada estás Rebeca! – Dijo ella al encontrar mi rajita entreabierta y mis labios empapados.

Carmen comió mi coño con sus manos alrededor de mis muslos para que no pudiera retorcerme. Ella lamió mi coño tan bien que no podía dejar de estremecerme, ella siguió hasta que mi cuerpo se estremeció en salvajes espasmos mientras me corría. Ella dejó de lamer mi coño y apoyo una de sus mejillas en mi rajita. Sentí la suave piel de su cara apoyada en mi sexo húmedo y suspiré.

Me levanté e inmediatamente la besé. Noté en sus lindos labios el sabor de mi coño.

Entonces empecé a abrir su blusa, que reveló sus preciosos pechos. Poco a poco devoraba cada centímetro de sus pechos hasta que sus pezones estuvieron totalmente erectos. Los besé y lamí camino a su ombligo y decidí que quería hacer con ella exactamente lo que hizo para mí, así que le di la vuelta, ella puso las manos sobre el escritorio y le quité la falda. Me encontré cara a cara con su delicioso culo con forma de manzanita. Deslicé sus bragas, separé sus nalgas y hundí mi lengua en su culo, mientras mis dedos jugaban con su clítoris.

 

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Le lamí el coño y luego vuelta a su culo. Sentir sus jugos en mi lengua era una sensación tan buena, me excité mucho. Le di la vuelta y se acostó en la mesa. Separé su bonito coño afeitado y lentamente empezó a lamer su clítoris, que pedía a gritos ser chupado. Sacudiendo mi lengua sobre su clítoris la hice temblar y cuando supe que estaba a punto de correrse de nuevo, me metió dos dedos en el coño apretado mientras yo chupaba su clítoris.

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Ella se corrió en mi lengua hasta que me rogó que me detuviera.
¿Qué? Por supuesto que no. Me levanté, me senté en su cara y me fui derecha de nuevo a comerle el coño. Y nos volvimos a correr casi simultáneamente haciendo el 69.

Carmen se incorporó.

-Lo has hecho muy bien cariño, pocas veces me han comido así el coño y me han puesto tan caliente como tú, -Me dijo.

Se acercó a un cajón cerrado con llave y extrajo una cajita, dentro de la cajita había un consolador de estos de cintura, un strap on.

-Quiero que me folles, me susurró en el oído. Me has lamido bien el coño pero me gustaría sentir algo duro dentro de mí.

Se puso tras de mí y con unos pocos movimientos ajustó el consolador en mi cintura.

Cogió un botecito de lubricante y se agacho frente a mi, primero lamió y chupó el pene de latex con movimientos de mete saca en su boca, la base del strap on frotaba mis labios y mi clítoris haciéndome estremecer. Luego, lubricó el pene con el contenido del botecito y se agachó delante de mi con sus manos apoyadas en la mesa.

-Fóllame! –Me pidió

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Yo me acerqué a ella, la visión de su coño todavía mojado y su culito anhelante me hicieron dudar

-¿Dónde lo quieres Carmen?, – Pregunté

-Donde tú quieras cariño.

Así pues, me acerqué a ella y apunté mi polla de goma a su mojado coño y de un golpe se la metí, ella se estremeció y la seguí follando.

Era todo muy morboso y me excité mucho, era mi primera vez con otra chica y estaba disfrutando mucho….

Mientras la follaba veía como entraba y salía mi rabo de goma de su coño y también veía el agujerito de su culo ahí a mi merced.

Cogí el bote de lubricante y sin dejar de follarle el coño empecé a untar su ojete, primero le metí un dedito, luego dos, Carmen se estremecía.

– A que esperas ya? –Dijo Carmen, -Fóllame el culo.

Saque mis dedos de su culo y mi polla de goma de su coño y la acerqué a su culito. Apreté y vi como la gran polla de goma desaparecía en el culo de Carmen.

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Le follé salvajemente el culo, la base del strap on frotaba mi coño y me hacia estremecer a cada arremetida.

Al final me corrí y Carmen al notar como me corría se corrió a su vez.

Caímos las dos, derrotadas de placer y lujuria, nos besamos largamente.

Era el comienzo de una larga y bonita relación entre dos chicas.

 

 

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